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El Reportaje

Ya ha llegado la Navidad y con ella todas las tradiciones que supone esta época del año. Comprar regalos, decorar la casa… y algo que para los que no son millenials es casi lo más importante: las cenas y comidas de Nochebuena y Nochevieja. Y eso significa que hay que ir a hacer una gran compra para deleitar a los invitados: toda clase de mariscos, carnes poco frecuentes en otras épocas, infinidad de polvorones y turrones…

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Para hacer esta compra, mucha gente de Bilbao no duda el lugar al que acudir: El Mercado de la Ribera. Este mercado, situado al lado del Casco Viejo, en plena orilla derecha del río Nervión, es otra tradición más para esa gente que aún elige este tipo de comercios frente a lo que ofertan las grandes cadenas de supermercados. Al acudir, siempre ves gente entrando o saliendo, y aunque parezca que no hay muchas personas, al entrar y recorrer los pasillos te das cuenta de lo inmenso que es el mercado, y que por eso no hay grandes grupos de gente, porque está repartida por toda la superficie. Hay que decir que el mercado tiene dos plantas, la segunda dedicada íntegramente a la venta de alimentos y la primera se divide entre otra zona de venta, y la otra es una “gastro-plaza”, donde puedes comprar productos más exclusivos o más concretos, y donde hay una infinidad de bares de pinchos, cafeterías, puestos de dulces… una zona para descansar después de comprar un pichón en el puesto 227 “aves de caza” dirigido por Arantxa, para la cena de nochebuena, por ejemplo.

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Sonia, una clienta bilbaína de 58 años, comentó que “se repartía las compras entre el Mercado de la Ribera y otros supermercados, porque, aunque la calidad y el trato se notaban, la cosa no estaba como para gastarse un dineral”. En cambio, Domingo, de 63 años, había ido a comprar un par de verduras y carne para la comida diaria. “He comprado lo que mi mujer me ha encargado, nada para Navidad. Eso ya está comprado, que luego suben mucho los precios”.

Los precios

Los precios del Mercado de la Ribera suben en Navidad, como es habitual en todos los lugares. Casi todos y todas las trabajadoras coinciden en que los precios aumentan por un motivo muy simple: cuanta más demanda hay de algo, mayor es su precio. Aún así las trabajadoras y los trabajadores insisten en que no hay mejor producto que el que ofrece la Ribera en cuanto a relación calidad-precio. Son productos frescos y de proveedores locales o del país, de manera que llega más rápido a las tiendas y se asegura la calidad del producto.

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Durante el proceso del reportaje nos desplazamos hasta el famoso comercio para hablar con clientes y trabajadores o trabajadoras sobre este aumento en los precios de los productos que más se consumen en las fechas navideñas. El marisco y el pescado es lo que más sube, en concreto el besugo, las anchoas, los percebes y las almejas. El calamar, por el contrario ha bajado. En carnes tenemos subidas más pequeñas, porque es un tipo de alimento que tiene se obtiene todo el año igual, sin dificultades de temporales malos en la mar, como el pescado. En los lácteos lo que más se vende es el queso d euntar, pero los precios no suben en este sector. La piña, el mango, las cerezas y los melones son las frutas que más han subido en su precio, porque no son frutas de temporada invernal. Pasa lo contrario con la uva, que a priori parecería que es lo que más sube de precio, pero todo lo contrario, se mantiene.

La competencia

Una de las amenazas a la que se enfrentan los mercados de este tipo es la dificultad a la hora de encontrar clientes nuevos, el perfil del cliente que acude al Mercado de la Ribera es el de una persona mayor que compra en mercados porque le gusta y porque sabe que aunque el precio es mayor, la calidad del producto también lo es. Los jóvenes sin embargo, prefieren acudir a supermercados grandes en los que puede encontrar más variedad y a precio más reducido, esto se debe a que tienen menos tiempo para efectuar sus compras y a que notan más el impacto en sus bolsillos.

 

Por otro lado, la fidelización de los clientes que ha logrado el Mercado de la Ribera a través de su gran calidad y trato personal ha reducido notablemente el impacto de la crisis. Varios vendedores nos han asegurado que perdieron pocos clientes en comparación con los supermercados y que los que acuden gastan más o menos el mismo dinero que en años anteriores a la crisis. Además, el gran interés turístico que está recibiendo Bilbao y que espera que vaya a aumentar en este periodo vacacional ha afectado principalmente a los bares y restaurantes ubicados dentro del propio mercado, los cuales se han convertido en lugares muy frecuentados por su especialidad en pintxos que tanto caracterizan a la capital del País Vasco.

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Desde el equipo de Palabra a Palabra os invitamos a que realicéis vuestras compras navideñas en el histórico Mercado de la Ribera porque nos parece que calidad de los productos es excelente y porque creemos que lugares tan mágicos y e icónicos merecen todo nuestro apoyo​ para que sigan funcionando muchos años más. Felices fiestas.

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